A propósito de la fiesta de Corpus Christi, recordamos a tres santos de nuestra Orden
que se destacaron por su devoción a la Sagrada Eucaristía.
Imelda Lambertini † 1333
Imelda de Lambertini nació en Bolonia. A los diez años despreció la vanidad del mundo y la comodidad de su noble casa y entro en el monasterio de dominicas fundado por la Beata Diana de Andaló.
Su vida se resume en un solo episodio. En aquellos tiempos no se permitía recibir al Señor en tan temprana edad. Imelda era aún pequeña; mas su grande alma ardía en amores de Jesús Sacramentado, cuando las religiosas se acercaban al altar. “Como el siervo sediento desea las fuentes de las aguas, deseaba Imelda a su Dios”. Aconteció el día de la Ascensión que, durante la comunión, una hostia voló por los aires hasta posarse sobre la cabeza de la santa niña. El sacerdote, entre la estupefacción general, comprendió el milagro y deposito en sus labios el pan de los ángeles. Paso el tiempo y la niña continuaba en posición extática. Una monja fue a llamarla. ¡Estaba examine! “El Esposo le había besado con el beso de su boca” y había muerto de amor. Durante mucho tiempo fue considerada patrona de los niños que realizan su primera Comunión.
Oración
Oh Señor Jesucristo, que recibiste en el cielo a la Beata Virgen Imelda, herida de ardoroso amor de caridad, y milagrosamente alimentada con la inmaculada Hostia, haz que, por su intercesión, nos acerquemos a la santa mesa, con la misma ardiente caridad, para que deseemos morir y merezcamos estar unidos contigo. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Tomás de Aquino † 1274
Tomás fue hijo de los condes de Aquino. Paso los años de su niñez con los benedictinos de Montecasino. Más tarde resolvió entrar, a pesar de la recia oposición de su familia, en la Orden de Predicadores. En París tuvo como maestro a San Alberto Magno, quien profetizo la grandeza de Tomás a los condiscípulos, quienes le llamaban “buey mudo” debido a su carácter taciturno. A los veinticinco años recibió la investidura de Maestro y desde entonces se consagro a la enseñanza de la Teología y Sangrada Escritura y a la redacción de sus obras inmortales.
Fue devotísimo de Cristo Salvador, especialmente de la cruz y de la Eucaristía, que exaltó en sus composiciones litúrgicas. Por pedido del Papa Urbano IV compuso el Oficio litúrgico de la Fiesta de Corpus Christi, decretada en 1264.
Su doctrina es, según Urbano V, “la doctrina católica”. Pio V lo proclamó Doctor de la Iglesia, León XIII Patrono de todos los centros docentes católicos. Murió a los 49 años, camino del Concilio de Lyon.
Oración
Oh Dios, que hiciste de Santo Tomás un varón preclaro por su anhelo de santidad y por su dedicación de las ciencias sagradas; concédenos entender lo que él enseñó e imitar el ejemplo que nos dejó en su vida. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
San Jacinto de Polonia † 1257
Jacobo nació a finales del siglo XII en Kamién (Breslavia). Siendo canónigo de la Iglesia de Cracovia fue a Italia por motivos de estudio, allí conoció a Santo Domingo y en 1220 recibió de sus manos el hábito dominicano. En 1221 fue enviado a Polonia para propagar la Orden, fundó conventos en Dantzig y Kiev. Más tarde debieron abandonar la región por la expulsión impulsada por el príncipe Vladimiro Ruricovic. En la travesía ocurrió el milagro de atravesar con sus compañeros el río Vístula, sobre la capa extendida llevando la Eucaristía y una imagen de la Virgen.
De regreso a Cracovia se consagró durante veinte años a la predicación, la cura de almas y asistencia los enfermos. Murió en el convento de Cracovia el 15 de agosto de 1257y allí se venera su cuerpo. Fue beatificado por clemente VII en 1527 y canonizado por Clemente VIII el 17 de abril de 1594.
Oración
Oh Señor, que has derramado en san Jacinto la gracia de la predicación, con la que condujo los pueblos a la luz de la verdad; te pedimos, lleves a plenitud en nosotros las buenas obras con la fuerza de tu Espíritu, para que viéndolas los hombres se sientan movidos a darte gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.