Historia de la imagen
Acerca de la imagen del Amo Jesús o Jesús Nazareno, no existen pruebas documentales suficientemente claras, aunque la devoción en los santiagueños, en sus corazones esté entronizada profundamente y a través del tiempo su culto tiene practica.
Precisamente el origen de dicha imagen y comienzos de su devoción y cultos fue motivo de preocupación de Fray Reginaldo Saldaña Retamar, destacado misionero y escritor de la Orden, quien al encontrarse nuevamente en Santiago del Estero, desde 1936 se abocó a investigar en el Archivo Conventual y en el Provincial y a compilar datos a través de memoriosos vecinos. De hecho que su labor tuvo positivos resultados logrando publicar en 1945 un trabajo titulado “Amo Jesús” (Taumaturga imagen del Nazareno, venerada en el templo de Santo Domingo de Santiago del Estero), con un subtitulo “Breves noticias de sus orígenes y culto tradicional”. El primero sobre el tema y que exigía “escrituración perdurable”.
Según propia manifestación “elaboró su estudio con el objetivo de reafirmar la fe y dedicación del pueblo hacia el Amo Jesús”. Analizó por un lado la tradición oral que alimenta a los santiagueños, espíritus muy conservadores, y advirtió que ésta era rica en versiones por lo que sostuvo que aparte de su valor intrínseco, ha contribuido a mantener viva la devoción y el culto.
En cuanto a los testimonios documentales señaló que en el Archivo del Convento se halló libros de la Cofradía del Amo Jesús, que son fuentes inapreciables de conocimientos. Al respecto de lo poco comentado o escrito hasta ese momento sostuvo “que lo que se sabia no fue captado en forma ordenada ni fidedigna, no fueron agrupados los documentos en forma sistemática”. En consecuencia é] tuvo a su cargo esa tarea a fin de lograr claridad y aproximación al tema, y para “imborrable recordación”.
Fray Saldaña Retamar transitando el otro camino, el de las entrevistas encontró con toda suerte a un vecino de la ciudad Don Nicanor Roldán (1836-1933) y a su hijo Don Antenor Roldán, ambos de muy buena memoria, quienes recibieron de sus ascendientes noticias sobre el Amo Jesús. Este aporte oral de considerable valor contribuyó. a reafirmar la tradición por su fidelidad para con los “hechos”, así lo juzgó el fraile historiador, quien fue desbrozando de este modo la senda a seguir para aclarar sucesos.
Este hecho le llevó a advertir que el culto familiar se había abierto y los devotos se sumaban e iban allí, incluso en peregrinación, a la vivienda de la familia Céliz como se apellidaba. De aquel tiempo se cuenta sobre los promesantes que estos venían de distintos lugares: Alto Perú, Banda Oriental, Buenos Aires, Tucumán, etc. Mentada era la participación de las familias de la antigua Villa Matará, que llegaban en carretas o a caballos todos los años. La importancia de la celebración trascendió pues los limites de Santiago del Estero.
Cabe señalar que los Padres de Santo Domingo desde temprana época misionaron por la margen izquierda del Dulce y que atendieron las doctrinas de pueblos de indios, no debe pues sorprender que fueran ellos los que prestaron asistencia religiosa a esa comunidad rural, o que fuesen los llamados a atender esa celebración, que culminaba todos los años el día miércoles santo, con asistencia de los devotos de la ciudad de Santiago, tanto que “quedaba ésta como deshabitada ese día y noche”. Allí se solían encontrar autoridades civiles y eclesiásticas, familias con sus esclavos y criados mas los peregrinos que participaban.
Significativo suceso éste que con el tiempo se tornó costumbre tradicional, enriqueciendo el acerbo popular religioso. Ahí se escuchaba misa, sermón y se acompañaba una procesión que según costumbre era nocturna, pues la marcha se hacia a altas horas y retornaba recién al alba al oratorio. En el recorrido se ponían mesas con bellos manteles de randa, flores, sahumerios de plata y se iluminaba con velas.
Otra etapa de las manifestaciones devocionales advino con la muerte del propietario según se desprende de las averiguaciones del Padre Saldaña Retamar, pues uno de los descendientes, José Martin Céliz recibió la imagen y después testó de “viva voz”, que esta misma pasara a manos de los Padres Predicadores “por ser ellos los que con mayor celo propulsaron su culto”, lo que se cumplió siendo llevada la imagen al templo antiguo, aquel ubicado en la “esquina al campo”. La fecha de ese suceso no fue establecida pero seguramente aconteció en el curso del siglo XVIII.
Cofradía del Amo Jesús
Fue fundada en 1793 y tuvo a su cargo, «la conservación y propagación del culto que penetró muy hondo, en el alma piadosa del pueblo de Santiago y hasta sus apartados parajes», según reza en las páginas del Libro de la Cofradía de Jesús Nazareno.
Con la presencia del Rdo. Padre Provincial Fray Jacinto de Santa María Varela y Fray Jesús Cevallos, se declaró instalada la “Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno”, publicando las indulgencias que esta otorgaba; tanto parciales como plenarias y haciendo entrega además del santo escapulario.
Sus socias unas cuatrocientos treinta y seis fundadoras, se llamaron “Nazarenas” y fue costumbre oficiar solemne función el primero de enero y los martes y miércoles de Semana Santa, dedicados a los homenajes y salidas procesionales. Los cultos del Nazareno fueron cumplidos los primeros miércoles de cada mes con misa cantada (Libro de la Cofradía).
Cabe señalar que recién en el afio 1903, en Roma se expidió el diploma ereccional dado por el Maestro de la Orden Fray Andrés Friswort con el titulo de “Cofradía del Santísimo Nombre de Jesús”. Los estatutos y reglamentos se aprobaron el 2 – XI – 1909 y fueron redactados por el Prior Fray Esteban de Santo Tomás Castillo, en ellos se dejó constancia que la secular imagen en Santiago del Estero es llamada “Amo Jesús”
En cuanto a su culto se determinó que debía celebrarlo la cofradía: Las sietes caídas del Nazareno que comenzaba el miércoles de ceniza y terminaba el miércoles Santo, día de la función solemne en su honor, con misas cantadas y procesión como era de practica tradicional (Libro de la Cofradía).
Al pasar de los años la devoción al Amo Jesús seguía siendo fuerte y sus fieles se renovaban permanentemente. El 21-VIl-1930 el Obispo de Santiago Mons. Audino Rodríguez y Olmos, firmó un Auto Episcopal en pro de la restauración definitiva y solemne de la Cofradía del Amo Jesús, la cual como ya conocemos había sido refundida con la del Dulce Nombre. Esta acción estaba dirigida a renovar la piedad cristiana por iniciativa de Fray Juan Zurita con la colaboración de la Sra. Mercedes Alonso de Yolde, eficaz camarera del Amo, sucesora de otras venerables figuras, como la de Mercedes Hernández que lo fue hasta su muerte.
Años después, en 1940 Fray Guillermo Palomba manifestó la intención de coronar a la imagen “veneranda” dado el gran amor sentido hacia ella, efectuándose tareas para concretar este anhelo, entre esas se recogieron alhajas, donada por los devotos para hacer la corona, pero no se alcanzé6 entonces el propósito por falta de recursos.
Mas adelante Fray Reginaldo Saldaña Retamar se abocó a escribir una reseña histórica, la que tenia por objetivo “preparar a los fieles para la coronación, como ya se puntualizo.
En diciembre de 1952 se realizó una magna asamblea convocada por el Prior Fray Juan Catán, en la misma se reorganizó la Cofradía del Amo Jesús con asistencia de numerosísimos fieles y del Vicario de la Diócesis, designándose una nueva comisión directiva, figurando frailes y laicos: Presidente Honorario fue elegido el dominico santiagueño, Fray Luis Alberto de Montes de Oca, como también Fray Julio Orellana, Fray Jacinto Estévez y Fray Jacinto Carrasco, entre otros, más las Sras. Dominga C. de Olaechea y Alcorta, Ramona Loto de González y Romelia Santillán de Frenkel. Actuó como presidenta la Sra. Severa López Montenegro de Argañaráz (que estuvo abnegadamente por años al frente de la Cofradía), Vice, Sra. Mercedes Cornet Olivera de Zain, secretario, Agustín A. Chazarreta y distinguidos vecinos como vocales.
En la ocasión dirigió la palabra el Sr. Chazarreta quien hizo una sentida invocación al Amo Jesús, e invitó a los presentes a participar y trabajar por la coronación. Todo lo que tuvo aprobación del Reverendo Padre Provincial Fray Pedro Alfonso Torres y Farias y del Sr. Obispo Diocesano, siendo las gestiones elevadas luego a la curia romana para su aprobación (Hoja Santiagueña – 1952).
La Cofradía del Amo Jesús se erigió canónicamente el 16 -II- 1954 y el Obispo de Santiago del Estero Mons. Dr. José Weimann, aprobó los estatutos por lo que debían regirse. Como capellán fue designado Fray Juan Catán, (Hoja Santiagueña – 1954).
La Coronación de la bendita imagen fue resuelta por decreto del Papa Pio XII y se concretó el 1 -VI -1954, para lo cual trabajó muy activamente Fray Luis Alberto de Montes de Oca, dominico santiagueño. Desde entonces esta fecha pasó a ser celebración y fiesta de la coronación. (El Liberal1954).
Aquella jornada estuvo presidida por Mons. José Weismann, Obispo de Santiago del Estero y Delegado Papal, y el Gobernador de la Provincia Don Francisco Javier González. Junto a ellos distinguidos invitados (Mons. Audino Rodríguez y Olmos, Arzobispo de Cuyo y Mons. Juan Carlos Aramburu, Obispo de Tucumán), clero secular y regular, seminaristas, estudiantes y pueblo devoto, reunidos en la plaza San Martin. El mencionado acto figuró como uno de los realizados en homenaje a los 400 años de la Fundación de la ciudad Santiago del Estero. (Álbum fotográfico 1954).
La imagen fue colocada en un camarín ofrendado por sus devotos (obra de los ebanistas italianos, Fioramonti de esta ciudad), el que fue bendecido en la misma fecha y levantado hacia la izquierda del presbiterio, donde permaneció hasta el afio 1986. Ubicada después en la denominada Capilla Santiagueña, instalada a la derecha, en la cual también se encuentra la Sábana Santa y otras imágenes antiguas.
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Fuente: Gramajo de Martínez Moreno, A. (2003) Los dominicos en Santiago del Estero, Ed. V Centenario: Santiago del Estero, pp. 122-131.