La paciencia de San José
San José el hombre de la paciencia, que es la virtud humana que sin lamentaciones, hace a las personas tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades con fortaleza, moderando las palabras y la conducta, para poder actuar de manera acorde a cada situación, no hiriendo los sentimientos de los demás y sin demostrar indiferencia o insensibilidad.
El santo patriarca reviste todas las condiciones de un hombre paciente, acepta la voluntad de Dios, lleva a María a su casa, busca en Belén un lugar donde María dé a luz al Salvador del mundo, observa la adoración de los Pastores, y los Magos, vive la presentación de Jesús en el Templo, protege a María y al divino Niño en la huida a Egipto, custodia a su familia en Nazaret, contempla al Niño hallado en el Templo.
Al acercarnos a la figura de San José nos encontramos con un padre amoroso que lleva a Jesús en sus brazo, lo toma de la mano, lo acerca a su corazón vemos en él la imagen de Dios paciente de nosotros sus hijos adoptivos, en este tiempo de cuaresma cuando recorremos el camino de la cruz, el camino de nuestra salvación. Al mirar la cruz donde esta suspendida la salvación del mundo vemos en Jesús no solamente al siervo doliente sino también al Dios paciente, esperando que todos convirtamos nuestros corazones.
Que todos los creyentes, siguiendo el ejemplo de san José, logren en su propia vida una profunda fe sostenida por la oración: este es el tesoro más valioso que san José nos transmite. Que hermoso es ver tantas familias que siguen este ejemplo con una vida sencilla y laboriosa, han impreso en el alma de sus hijos el valor inestimable de la fe sin el cual cualquier otro bien corre el riesgo de resultar vano.
Que en este tiempo de pandemia por la intercesión de San José podamos ser aquellas personas que menciona el Papa francisco en Patris Corde: “Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración”.
Que Dios todo poderoso, por la intercesión del Glorioso San José, nos ayude a crecer día a día en la virtud de la paciencia.
Fray José Daniel Godoy OP
Casa San Martín de Porres (Mar del Plata)
Oración preparatoria
Santísimo Patriarca San José, padre adoptivo de Jesús, virginal esposo de María. Tesorero y dispensador de las gracias, del Rey de la gloria; a ti elijo desde hoy, por mi verdadero Padre y Señor en todo peligro y necesidad, a imitación de Santa Teresa de Jesús. Enséñame a orar, tu que eres maestro de tan soberana virtud, y alcánzame de Jesús y María, que no saben negarte cosa alguna, la gracia de vivir y morir santamente como tú y lo que pido en este triduo si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Oración propia del día
La vida de San José fue un prolongado y continuo martirio. Mas ¡cómo padeció el Santo! Con resignación, con paz, con alegría, completamente sumiso a la voluntad del Altísimo. Sufre, devoto de San José, todos los trabajos que Dios te envíe, si no con alegría, a lo menos con paciencia y resignación cristianas. Mira que todo pasa y con estos trabajos momentáneos, si los sufres bien, te ganas la gloria del cielo
Se rezan siete Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de San José.
Luego se pide con toda confianza la gracia que se desea alcanzar en este Triduo.
Oración final
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.
Amén.
